2012



  Agoniza el 2012
que, a Dios gracias, se nos va.
Fue bisiesto y fue funesto
cual vaticina el refrán.
  Entre las muchas desgracias
con que nos quiso obsequiar
destacaron los recortes.
Su seña de identidad.
  Recortes en las pensiones,
enseñanza, sanidad,
los salarios, la farmacia
y la extra de Navidad.
  Los días por año en despidos
las subvenciones, la PAC
los coches de los políticos,
sus Iphone y sus Ipad.
  La honradez y las decencias,
el respeto a los demás.
La Justicia en el Supremo
Y en el Constitucional
  Los pelos de Sergio Ramos,
la falda de la Milá,
las dos tetas de la Esteban,
y su apéndice nasal.
  Los morritos de Letizia,
el pie diestro de Froilán,
los safaris de Juan Carlos
y su hueso femoral.
  El motor de los Ferraris
y las Davis sin Nadal
y, en fin, un montón de cosas
que nos han quedado en ná
  Hubo, sí, un recorte justo
que fue el que sufrió Artur Mas,
ese que a la piel de toro
le quiere un trozo cortar,
y al que, al pasarse de listo,
la sapiencia popular
le recortó doce escaños
del Parlament Catalá.
  El mismo Sumo Pontífice,
para no quedarse atrás,
también al buey y a la mula
los recortó del Portal.
  Y hasta yo noto recortes
aquí, en mi zona inguinal,
(dicho quede entre mayores,
con respeto y sin maldad).
Aunque, a fuer de ser sincero
y en honor a la verdad,
esto no es del 2012
sino que viene de atrás.

         D. M. P. (Diciembre 2012)

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